Abengoa ha empezado a desatender ya algunos compromisos financieros y advierte que podría seguir haciéndolo durante los próximos meses. Hoy, ha comunicado que deja de pagar los intereses de otros dos bonos en México.
A medida que pasan los días, la empresa está incurriendo en un goteo de impagos por su falta de liquidez. La pasada semana, la filial mexicana ya comunicó el impago de sus obligaciones de amortización de dos emisiones de bonos, así como de los tipos de interés asociados a cuatro emisiones más.
Abengoa también anunció ayer a las autoridades bursátiles de Irlanda el impago en seis emisiones distintas de bonos en ese país. "Abengoa no ha pagado las cantidades debidas con respecto a varias series" emitidas bajo el programa registrado en los mercados irlandeses, indicó la empresa en una nota remitida a los tenedores de los bonos, también enviada a la Bolsa de Londres.
Para evitar la suspensión de pagos total, Abengoa reclama a sus entidades financieras 100 millones de euros a corto plazo, y, además, ha estimado en 350 millones sus necesidades financieras para el primer trimestre de 2016. A cambio de este paquete de ayudas, la empresa ha puesto sobre la mesa un plan de vialidad que evite la mayor quiebra de la historia con un pasivo de 24.000 millones de euros.
Hoy mismo, la Asociación Internacional de Derivados y Swaps (ISDA, según sus siglas en inglés) ha declarado oficialmente que Abengoa está en suspensión de pagos. Tras la decisión del comité de este organismo y aunque legalmente en España aún no lo esté, los inversores pueden activar automáticamente en el mercado los denominados CDS (Credit Default Swaps) sobre la deuda corporativa de la empresa, como los bonos. Los CDS son unos seguros para cubrir un eventual impago de bonos por culpa de la quiebra de una empresa. La ISDA ya se ha reunido varias veces por el caso Abengoa, y en el último encuentro, el pasado martes, ya consideró que una parte de la deuda de Abengoa podía ser considerada en suspensión de pagos.