Buenas noticias para las grandes corporaciones españolas. Telefónica ha logrado colocar una emisión de deuda de 750 millones de euros a un plazo de cinco años, con una sobredemanda diez veces superior, ya que los inversores han solicitado 7.000 millones de euros.
Este proceso, rutinario hace sólo unos pocos años, se había convertido en un imposible en los últimos meses, cuando la credibilidad de nuestro país se deslizaba hacia el abismo del rescate. La constatación de que era imposible colocar deuda de cualquier cosa que sonara mínimamente a España es la que obligó a Telefónica, que no había emitido deuda desde febrero, a tomar la dolorosa decisión de suprimir su dividendo de 2012 y recortar a la mitad el de 2013.
Además, la emisión de Telefónica no es la única. El Banco Santander se había anticipado unos días a la operadora, con su propia emisión de miles de millones de euros, pero, según los expertos, la operadora española ha estado muy atenta para aprovechar la ventana temporal.