La creciente morosidad de las Administraciones Públicas en el pago de las facturas por el suministro y consumo de energía eléctrica, junto a la arbitraria decisión del Gobierno de congelar la factura de la luz, ha puesto esta semana sobre la mesa de la actualidad una colección de disparates y argumentos demagógicos sobre los que conviene hacer una reflexión. Afirmaciones tan pueriles como las de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en el sentido de que las compañías eléctricas no deberían tener ansiedad por cobrar sus facturas porque ya tienen muchos beneficios, son propias de repúblicas bananeras o de regímenes dictatoriales como el de los Castro en Cuba.
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Demagogia morosa