Los efectos de la crisis son un tema recurrente desde que en 2007 las principales economías del mundo comenzaran a sentir sus consecuencias. Desde el ámbito económico, social hasta el más íntimo de la persona se han visto afectados por una difícil coyuntura que ha puesto en revisión el sistema capitalista asumido en la mayor parte del globo terráqueo.
De estas vicisitudes no se han escapado ni las relaciones humanas. La duración de los matrimonios se han prolongado por no poder hacer frente a los gastos de una disolución; los casamientos se aplazan por el mismo motivo y las obligaciones que contraen los excónyuges también se resienten cuando la recesión cumple más años de la cuenta.
Una de esas consecuencias es el aumento de las denuncias por impago de pensiones. Según datos recogidos en la memoria de la Fiscalía Superior de Andalucía, medio millar de padres fueron llevados a los tribunales por sus exparejas en 2013 (último año del que existe una estadística oficial) .